La pregunta

La pregunta

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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"Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" (Mc 8, 28)

Señor Jesús, los evangelios nos dicen que los escribas y fariseos se preguntaban y te preguntaban quién eras tú en realidad. Parece que hasta Herodes y Poncio Pilato se formularon esta misma cuestión.

Se ve que tanto tus acciones como tus palabras suponían un serio interrogante para los que te rodeaban. Entre ellos estaban tus discípulos. Con razón se preguntaban quién era aquel al que los vientos y el mar obedecían.

Los tres evangelios sinópticos evocan la escena en la que tú preguntas a tus discípulos cuál es la opinión de las gentes sobre ti. No era una cuestión banal, puesto que sus ideas se mostraban divididas y alejadas de la verdad.

Por eso mismo era importante pedirles que manifestaran qué imagen se habían formado ellos sobre ti y tu misión. Ya sabemos que algunos te veían como un libertador del pueblo y otros como un generoso bienhechor.

Es interesante escuchar la respuesta que dio Simón Pedro. Para entonces ya había llegado a comprender que tú eras el Mesías. Sin embargo, en su idea del Mesías no podía caber que fuera denunciado y condenado a muerte.

Pero, más que en la respuesta, hoy yo quiero detenerme en la pregunta. Cada día tengo que plantearme la cuestión de tu identidad y lo que ella representa. ¿Quién eres tú para mí? ¿Qué puesto ocupas ahora en mi vida?

Tú sabes que tengo el peligro y la tentación de engañarme a mí mismo. Digo que presto atención a tu mensaje, pero tus exigencias no encuentran eco en mi vida de cada día.

Reflexiono con frecuencia sobre tu llamada a seguirte con la cruz, pero las decisiones que tomo y las dramáticas omisiones que me delatan manifiestan a las claras mi incongruencia.

Maestro y Señor mío, yo sé bien lo que soy para ti. Pero siempre te agradeceré que no dejes de preguntarme quién eres tú para mí. Te pido que en todo caso mis palabras no brillen más que mi verdad. Amén.