Lo que quiero

Lo que quiero

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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"¿Qué quieres que te haga?" (Mc 10, 51).

Señor Jesús, el camino que subía de Jericó a Jerusalén siempre ha despertado mi imaginación, y no solo por ser el escenario de la parábola del buen samaritano.

Recuerdo que a la vera de ese camino se encontraba el ciego Bartimeo. Allí estaba, mendigando una limosna de los peregrinos que emprendían la subida hacia la Ciudad Santa.

Seguramente preguntó a los caminantes quién era el que pasaba. Supongo que ya había oído hablar de ti. De hecho, te llamó de un modo que incluía un acto de fe en tu misión.

A lo largo de mi vida muchas veces me he identificado con él. Pienso que también yo estoy ahí, medio ciego, vulnerable y dependiente de otras personas que no me conocen.

Lo que es bien cierto es que no me satisfacen esas pobres monedas, dejadas caer juto a mí con una evidente indiferencia. Lo que realmente necesito es una atención personal.

Pero sobre todo necesito dejar de lado lo que me sustenta, dar un salto y acercarme a ti. Es tan solo el encuentro contigo lo que puede salvarme de mi pobreza y de mi ceguera.

Nadie me pregunta qué me falta en la vida. Pero he descubierto el profundo respeto que tú tienes a cada persona. No es extraño que me preguntes: "¿Qué quieres que te haga?"

Tú lo sabes todo. Tú me conoces mejor que yo mismo. Tú sabes bien qué es lo que necesito. Pero tú deseas que te manifieste con sinceridad mis deseos más íntimos.

Al decirte lo que quiero y espero que me hagas, estoy confesando al fin cuál es mi debilidad más preocupante, qué es lo que espero de ti y qué significas tú en mi existencia.

Tú sabes, Señor, que no siempre aquello que yo quiero responde a lo que de verdad necesito. Ni a mí mismo acierto a confesarme mis carencias más profundas.

Tan solo la fe me llevará a manifestarte el estado de mi vida y mi radical necesidad de tu ayuda. "Maestro que pueda ver". Necesito tu luz. Esa es mi respuesta a tu pregunta.