¿Quién es el Dios en el que cree la Iglesia Católica en realidad?
Uno de los aspectos fundamentales de la fe católica, es la relación personal con Dios, por lo que es importante conocerle y saber quién es
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Empezar un artículo diciendo que es imposible responder a la pregunta del titular, es cuanto menos valiente; aunque creo que el tema lo permite. Es evidente, que Dios no cabe en nuestras débiles y frágiles mentes humanas, y que somos incapaces de comprender no solo su existencia, si no también la nuestra. Pero el mismo Jesús, y lo que enseña la Iglesia Católica, nos dan algunas pistas que nos pueden ayudar.
Según el catecismo y el credo del cristiano, lo primero en lo que tenemos fe, es en que Dios es nuestro Padre. Y esta afirmación implica muchas cosas a tener en cuenta: Dios no es un relojero que ha creado el mundo y ya está, no es un Zeus que juega al ajedrez con el mundo por tablero ni tampoco algo confuso y etéreo. Es un padre.
Jesús lo dice en numerosas ocasiones en el Evangelio, y en san Lucas 11,5-13 deja bien claro el concepto de padre del que habla: "Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?"
Si tu padre es bueno, te ha cuidado desde que eres pequeño, te ha pagado los estudios, te ha consolado cuando lo has necesitado, te ha dado el empujón para que avanzaras, ha sufrido en silencio tus heridas y está dispuesto a dar la vida por ti... imagínate de lo que es capaz Dios. Un Dios que te quiere tanto, que se hizo hombre y murió por ti. Por lo tanto, podemos entender -y confiar- que Dios se preocupa por nosotros, que es parte activa de nuestra vida, que está vivo y que nos cuida.
El Dios de la misericordia
El Dios del que habla Jesús en el Evangelio, y que es Él mismo, es un Dios misericordioso. No es un padre que enseña a base de castigos, sino que se acerca a los que más sufren y les sana. Jesús hace milagros, cura a los enfermos, salva a la mujer adúltera, cena con pecadores y enseña a los que le escuchan.
Cuando a Jesús le critican por acercarse y convivir con los 'imperfectos', con los pecadores, con los criticados por la sociedad; Jesús responde con la parábola del 'hijo pródigo'. Una historia en la que cuenta que un joven abandona a su padre y su hogar, y se gasta su herencia en actividades poco honradas. Cuando se arruina y se hunde en el pozo de la pobreza y de la amargura, decide volver a casa de su padre para que por lo menos le den de comer.
Antes de que llegue, su padre sale corriendo a su encuentro, y para sorpresa suya, no solo le recibe y le perdona, si no que le abraza, le besa y le organiza una gran fiesta: "Este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado". (Lc 15, 1-3. 11-32)
Por tanto, Dios es un padre que perdona y que hace una fiesta cuando acudimos a su encuentro. Que acoge a los necesitados y a los que se saben pequeños y débiles. Es un Dios vivo, de esperanza y que es capaz de curar al enfermo, perdonar lo que nos pesa y nos duele, y resucitar a los muertos.
Él nos salva
Hay muchos ejemplos de cómo Jesús muestra a los que le rodean lo mucho que Dios les quiere. Otro ejemplo es el pasaje de la mujer adúltera, donde Jesús salva de ser apedreada a una mujer a la que acusaban de haber engañado a su marido. Los hombres estaban preparados para matarla, y Jesús les dice: "El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra". Y cuando se han ido Jesús le asegura: "Tampoco yo te condeno".
Lo que enseña la Iglesia Católica sobre Dios es muy amplio y tan grande que no cabe en un artículo. pero esta es una parte fundamental a tener en cuenta: Dios es un padre que nos quiere y nos salva. No está mal, tenerlo en cuenta, ya que nuestra fe se basa en eso, tener una relación con Él.