La oración del día: San Juan Diego

El 31 de julio de 2002, fue canonizado por el papa Juan Pablo II, siendo el primer indio americano incorporado al santoral cristiano

La oración del día: San Juan Diego

Redacción Religión

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Hoy celebramos a San Juan Diego, vidente de la Reina de los Cielos en Guadalupe. Este indio, nacido en México en 1474, procede de una etnia mexicana llamada chichimeca. Bautizado por los franciscanos, en 1529 enviuda. De su periodo de conversión se forma en la Fe con la participación en la Misa diaria, la Devoción al Santo Rosario y la asistencia a la formación con el Catecismo. Dos años después de enviudar ve a la Virgen que se le presenta como “La Madre del Verdadero Dios y Madre suya también”.

Este trato le endulza al indito que oye como un sonido de campanas que preceden a la Aparición de Nuestra Señora. Ella le pide que se construya allí un Templo en su honor. Él, pronto y bien mandado, se acerca a ver al Prelado oriundo de las Españas, que no le da crédito total al principio hasta el punto d epedrle una señal para saber que es cierto. Como prueba le entrega una tilma llena de rosas de Castilla frescas”.

Al extender la prenda apareció la Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, por lo que todos los presentes dieron crédito a la historia que les contaba el indígena. Con el permiso de sus familiares y el propio Obispo, una vez que se edificó lo que cristalizó en la actual Basílica, Juan Diego se estableció en una casa cercana para vivir en la pobreza y atender a cuantos iban allí a visitarla. San Juan Diego muere en mayo del año 1548. Pero como hoy se conmemora la Primera Aparición de la Virgen de Guadalupe, a dos días de su festividad se celebra hoy a este Santo indio que habló con la Santísima Virgen.

Oración

Tú que fuiste elegido por Nuestra Señora de Guadalupe como instrumento para mostrar a tu gente y al mundo

que el camino del cristiano es uno de amor, compasión, comprensión, valores, sacrificios,

arrepentimiento de nuestros pecados, aprecio y respeto por la creación de Dios, y por encima de todo, uno de humildad y obediencia.

Tú, quien ahora sabemos que estás en el Reino de nuestro Señor y cerca de nuestra Madre, sé nuestro ángel y protégenos,

quédate con nosotros mientras luchamos en esta vida moderna sin saber,

la mayor parte del tiempo, donde fijar nuestras prioridades.

Ayúdanos a orar a Dios, por medio del Corazón de nuestra Señora de Guadalupe hacia el Corazón de Jesús,

para obtener los dones del Espíritu Santo y usarlos para el bien de la humanidad y el bien de nuestra Iglesia.

Amén

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