La oración del día: San Sergio
Su origen es pagano, pero la Providencia pone su mano para que oiga hablar de Cristo y su mensaje Salvador como tantos otros cristianos anónimos
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Muchas veces no existen detales de toda la cronología y vida de un Santo. Lo importante son los datos fidedignos que habla de su Fe y entrega en el camino de perfección. Un claro ejemplo de ellos es San Segio que conmemoramos en este día. Se desconocen muchos datos de su infancia y biografía. Su vida probablemente se desarrollo en el siglo III - año 304 - y, a principios del siglo IV muere mártir.
Su origen es pagano, pero la Providencia pone su mano para que oiga hablar de Cristo y su mensaje Salvador como tantos otros crisitanos anónimos, de manera que abrace la Fe con valor, al tiempo que sea bautizado de forma clandestina. El paganismo de Roma muestra en estos momentos su faceta más dura persiguiendo a los que adoran al Dios de Jesucristo, desafiando las leyes establecidas por el Imperio Romano.
Casualmente llega a la ciudad de Cesarea de Capadocia Sacricio, Prefecto del Emperador Diocleciano. Llega con un mensaje concreto como es exterminar de una vez por todas la religión cristiana. Ellos se muestran preocupados porque llevan ya tres siglos persiguiéndola y, en su mentalidad mundana, ven que no lo consiguen. Cuando llega este nuevo Lugarteniente ven como si esta vez la orden tajante iba a ser eficaz contra los discípulos del Evangelio.
Impulsado por el Espíritu de Dios, Sergio se acercó hasta el Prefecto asegurándole que el Decreto era una necedad porque en cuanto que invocase el Nombre del Dios Vivo y Verdadero, los dioses romanos, que eran falsos, se destruirían. Todo esto sucedió así. En cuanto vieron destruidas sus divinidades romanas, el pueblo se amotinó y pidió la muerte del Santo. Entonces el Prefecto le hizo prender, torturándole con multitud de suplicios. Finalmente San Sergio muere decapitado.
Oración
Oh glorioso San Sergio de Cesarea, que, para dar testimonio de tu fe en Cristo,
te has enfrentado a la tortura de la fractura de brazos, piernas y mandíbulas,
intercede por nosotros, porque en el nombre del Señor,
podamos superar las adversidades de la vida y seguir el camino de la santidad.
Amén.