La oración del día: San Ursicino
Cuenta la historia que Ursicino pidió ayuda a Dios para que le señalase el lugar elegido donde construiría un monasterio
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Un ermitaño que busca la vida de Fe al más puro estilo orante ganándose el pan con el sudor de su frente es San Ursicino que conmemoramos hoy, cuando falta tan poco para la Natividad del Señor y a la que vamos llegando. Los datos de este anacoreta dicen que ya en el siglo VII, en Suiza había una ermita levantada en su honor por la gran devoción que daba. El monje San Vadregisilo, consciente de esta devoción, levanta un Monasterio en su honor.
Su vida se sitúa en torno a los siglos VI-VII. Discípulo de San Columbano, monje irlandés que marchó a Italia y luego a Francia donde fundó el año 614 el Monasterio de Bobbio. Dada la espiritualidad de este gran abad, Ursicino le imitó en la vida monástica hasta que se separó de Columbano en busca de una vida de ermitaño más entregada a la contemplación al estilo de los grandes anacoretas como San Antonio Abad. Establecido cerca de una cueva en el río Doubs donde edificó una pequeña ermita.
Cuenta la historia que Ursicino pidió ayuda a Dios para que le señalase el lugar elegido donde construiría un monasterio. Entonces lanzó unos cayados al aire y donde cayeron se estableció. Pero fue tal la afluencia de gente que buscaba ir allí a rezar que terminó edificando un monasterio que sirviese de acogida a todos. San Ursicino muere hacia el año 620.
Oración
Oremos:
Señor, tú que colocaste a San Ursicino de Chur, obispo y abad; en el número de lo santos pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe que vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor y merezcamos así participar de su gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo, vive y reina, en la unidad de Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos,
Amém