Camp de emergencia: ¡Ven a Líbano!

Desde hace más de veinticinco años la Orden de Malta desarrolla un proyecto en el Líbano dirigido a las personas con enfermedades mentales, que en aquel país viven mayoritariamente internas en centros, la mayoría de ellos en manos de congregaciones religiosas cristianas. Muchas de estas personas apenas tienen contacto con sus familias, y una inmensa mayoría no salen nunca para visitar sus hogares.

El LEBANON PROJECT ofrece cada año la posibilidad a varios centenares de residentes en estos centros de salir durante una semana a alguna de las casas que la Orden de Malta tiene en la parte oriental del Monte Líbano. Allí son acogidos por miembros y voluntarios de la orden llegados de varios países europeos para servir a estas personas en un estilo propio basado en el carisma hospitalario melitense y caracterizado en estos camps porque cada voluntario se dedica exclusivamente a uno de “nuestros señores”, como son conocidos en la orden las personas a quienes se sirve ya desde los tiempos del Hospital de Jerusalén, hace más de 900 años. Este modo de atender a las personas, denominado “one & one”, supone un enriquecimiento tanto para el enfermo como para su servidor, aunque añada una dificultad por razones de tiempo, espacio y personal para poder recibir a todos aquellos que lo necesitan.

La Asamblea Española de la Orden de Malta forma parte de este proyecto internacional, y envía cada año durante varias semanas de agosto a casi medio centenar de miembros y voluntarios. La delegación española, conocida como el “Spanish team”, ocupa desde hace tres años una casa en Kfardebian, donde las banderas española y libanesa ondean juntas flanqueando a la de la Orden de Malta, no muy lejos de donde dos soldados libaneses ondearon ambas enseñas nacionales tras arrebatar unos territorios al Estado Islámico pocos días después de los atentados en Barcelona y Cambrils en agosto de 2017.

Los trágicos sucesos desencadenados a partir de la explosión que tuvo lugar a principios del pasado mes de agosto en el puerto de Beirut, así como la crítica situación político, social y económica que vive el país desde hace casi un año, unidos a la pandemia que asolaba Europa e incipientemente entonces aquella parte del mundo, propiciaron que este año se suspendieran todos los camps, añadiendo sufrimiento y tristeza tanto a quienes deseaban ir a prestar su servicio como a quienes lo recibían otros años o esperaban poder hacerlo este por primera vez.

Recientemente, la Covid-19 entraba también en Deir el Salib, uno de los centros en donde residen muchos de los enfermos participantes en los camps en años anteriores, en un momento en que la institución de las Hermanas de la Cruz, que regenta este centro, tenía ya demasiados problemas para cubrir las necesidades más básicas para sus pacientes. Ante el crecimiento del número de afectados buena parte del personal contratado abandonó su trabajo, creando una situación catastrófica.

Por ello, la Asociación Libanesa de la Orden de Malta y Malteser Internacional han organizado una camp de emergencia en el centro Chabrouh, muy cercano a Kafrdebian, donde acoger durante este mes de noviembre a residentes en Deir el Salib que no han contraído la enfermedad, aliviando de esta manera la carga de las religiosas y permitiéndoles vivir a los enfermos estas dramáticas circunstancias en un clima más tranquilo.

Para ello se envió invitación a las asociaciones nacionales de la orden que participan habitualmente en el proyecto. Como respuesta, mañana 3 de noviembre, parte hacía el Líbano una delegación española al frente de la cual se encuentra la dama de la orden, Águeda de Diego, Delegada de Voluntarios de la Asamblea Española y responsable del proyecto, acompañada por el P. Manuel Fanjul, capellán de la orden y del camp español, y seis voluntarios más: Sofía Fernández de Villavicencio, Esperanza Arriaga, Muriel Balda, Rosario, Carlos Ortiz e Imanol Balda. Tras superar todas las pruebas médicas necesarias, a su llegada deberán esperar tres días de cuarentena antes de encontrarse con “sus señores”.

Desde mañana, y a través de ALELUYA, se podrá seguir el día a día de esta misión hospitalaria llevada a cabo por un grupo de españoles que, asumiendo con responsabilidad todos los riesgos, y en consonancia con el carisma de su orden, han dado una respuesta generosa a la llamada a seguir sirviendo a los más desfavorecidos en aquellas tierras donde a la severidad de la pandemia se ha sumado la grave crisis político, social y económica.