
Madrid - Publicado el
1 min lectura
El acercamiento a Cristo desde el Evangelio conlleva cruces y contradicciones en la vida, pero siempre firmeza en la Fe. Hoy celebramos al religioso y Beato español, Francisco Palau. Nace en Aytona (Lerida) en el año 1810. Su familia es muy humilde y religiosa.
Tío de Santa Teresa de Jesús Jornet, fundadora de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, se ordena sacerdote e ingresa en los carmelitas. Son tiempos de persecución. De hecho, el Monasterio en el que vive será incendiado y tendrán que abandonarle. Dedicado a los necesitados, un día se aleja hacia el silencio.
Busca un lugar eremítico por completo. Es la llamada “La Cueva del Padre Palau”. Pero los conflictos no cambian en la sociedad y debe alejarse de la tierra, exiliándose en tierras vecinas, y más concretamente, en Francia.
También encuentra a Dios en el destierro y toca a muchas almas. De vuelta a España crea la Escuela de Virtudes con dinámicas de catequesis y de atención a los necesitados. En este momento vive la incomprensión por su acercamiento a los obreros. Le toca una vez más ser calumniado y criticado nada más que por seguir el Evangelio.
Algún momento de su vida será exorcista. Participó en el Concilio Vaticano I donde coincidió con el Padre Claret. Aquí dio un fuerte testimonio sobre su labor sanando a los poseídos. El Beato Padre Francisco Palau muere en el año 1871. En se trayectoria funda la Orden Terciaria Carmelita Seglar.