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Madrid - Publicado el
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Nos acercamos hasta las catequesis visuales en la antigüedad con grandes Santos de la vida de aquel tiempo. Hoy es San Beato de Liébana, que usó de gran pedagogía para poder difundir el Evangelio. Su existencia se sitúa en el siglo VIII.
Nacido en Liébana, en los Picos de Europa (Cantabria) procede de familia noble. Dada su vocación es ordenado sacerdote y se especializa en Sagrada Escritura. Gran difusor del Mensaje de la Salvación llegando a ser abad del Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Por entonces regía la Archidiócesis de Toledo Elipando.
Este arzobispo se había dejado llevar por las tesis del adopcionismo. Consistían en difundir que Jesús era un Hijo adoptado por el Padre. Beato le rebate con su “Tratado contra Elipando”. Eterio, obispo de Osma le ayuda, surgiendo graves enfrentamientos.
De hecho el gran teólogo Alcuino de York defiende a Eterio y Beato. Carlomagno convoca un Concilio en Francfort. A la vuelta Elipando se retracta humildemente y asume la Doctrina Eclesiástica. Después de resolver estos problemas se puso de relieve la gran obra que fue el “Códice Beato” con los Comentarios al Libro Bíblico del Apocalisis en imágenes.
Esta obra se caracterizó, sobre todo, por la representación de la tierra redonda. También recoge comentarios y reflexiones de los Padres de la Iglesia, como San Agustin, San Isidoro, San Ambrosio o San Ireneo. Estas miniaturas hacen que el pueblo fiel se adentre en la realidad de la Palabra de Dios. San Beato de Liébana muere hacia el año 789.