
Madrid - Publicado el
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El acompañamiento a los cristianos requiere pasar por multitud de situaciones a veces con no pocos problemas. Pero aquí es donde se muestra la Fuerza de Dios. Hoy celebramos a San Dionisio. Perteneciente a las Primitivas Comunidades Cristianas, fue un verdadero estímulo para los fieles que le asignaron.
Su vida se desarrolla en el siglo II durante el gobierno del Emperador Marco Aurelio. Consagrado obispo de Corinto, fue un fiel servidor de las comunidades cristianas, a las que escribe varias cartas donde les anima a vivir intensamente la Fe. San Eusebio de Cesarea, escritor eclesiástico de ese momento, cuenta cómo invita a vivir el amor de Dios a sus gentes.
Su preocupación no solamente es por Corinto, su Iglesia, sino por las otras comunidades para que . En los escritos se dirige al Papa San Sotero. Aquí le explica el sufrimiento de las comunidades Orientales al sentir cerca la persecución y el martirio de sus hermanos de Occidente. También hace frente a las herejías.
Por ejemplo los marcionitas, del gnóstico Marción. Muchos eran los errores de esta desviación doctrinal, pero uno de los principales fue el defender la distinción entre el Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento, además de difundir que existía un dios bueno y un dios malo.
En algunos momentos sus fieles pasan por penurias económicas y el Papa les ayuda, motivo por el que le agradece su colaboración en bien de los necesitados. San Dionisio muere en el año 180. Es considerado mártir por los griegos y todos los cristianos de Oriente al sufrir mucho por la Fe y por el Evangelio de Cristo.