Madrid - Publicado el
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En el Antiguo Testamento los profetas han preparado un pueblo bien dispuesto. Hoy recordamos al español San Francisco Javier. Es uno de los grandes profetas del Siglo de Oro español. De hecho fue heraldo de la Buena Nueva en tierras lejanas siguiendo el mandato de ir y predicar. Nacido en 1506, en el Castillo de su familia, oriunda de Navarra, y perteneciente a la clase alta.
En su juventud marcha a estudiar a París, alojándose en el Colegio Santa Bárbara, auspiciado por el rey de Portugal. La Filosofía y la misma Teología, serán el eje de su formación, participando en las disquisiciones surgidas con ocasión del Protestantismo. Pronto entra en contacto con el saboyano Cornelio Fabro y el español Juan de la Peña, dentro de cuyo grupo aparece también Ignacio de Loyola.
Metidos de lleno en las discusiones terrenales, una frase del Evangelio que le invita a reflexionar Iñigo, le cambia de aspiración: “¿De qué te sirve ganar el mundo si al final arruinas tu alma?”. A partir de este momento, busca la santidad de vida, haciendo sus primeros votos en Montmartre, y ordenándose sacerdote tres años después.
Cuando el rey de Portugal quiere atender sus posesiones en Las Indias, el grupo de Ignacio, -entre los que se encuentra Francisco Javier-, siente la urgencia de ir allí a evangelizar, ya que el Papa Paulo III apoya el proyecto.
Su anuncio de la Buena Nueva da grandes frutos de comunidades cristianas incipientes, y nuevos hijos de Dios. Nombrado Provincial, quiere marchar a china para predicar allí también. Sin embargo, unas fiebres se lo impedirán, muriendo en el año 1552. San Francisco Javier es Patrono de Navarra y de las misiones.