Santa Juana Jugan: fundadora de las hermanitas de los pobres

Dios siempre muestra su cercanía a los pobres de espíritu. Hoy la Iglesia nos presenta a Santa Juana Jugan. Ella no sólo fue pobre de espíritu sino que también se encargó de asistir según la Providencia le marcó, de todos los necesitados y pequeños de corazón. Nacida en Cancale (Francia) en 1792, en plena Revolución Francesa, el ambiente es muy anticlerical. La familia es numerosa y algunos hermanos mueren de forma prematura. 

Su padre es un marino que trabaja en las faenas del mar. La esposa se encarga del hogar y todos los días espera con ansia la llegada del esposo, que un día muere en un naufragio. Ella se hace autodidacta aprendiendo como puede algunas nociones básicas de cultura. Un día se marcha con unas religiosas le enseñan a leer y escribir. También trabaja en casa de unos nobles como sirvienta para ganarse la vida. 

Cuando finaliza el clima revolucionario surge la Ley de Libertad Religiosa. La cosa cambia. Ante la fortaleza de la Fe, Juana descubre una multitud de personas que sufren y que viven sin lo más necesario. De hecho, la vizcondesa a la que servía le animó a sentirse digna ante Dios y los demás a pesar de su pobreza. 

También había trabajado apera asistir a los necesitados como enfermera en un hospital. También se dio cuenta de las condiciones infrahumanas en que vivían aquellas personas. Todo esto es la inspiración para fundar las Hermanitas de los Pobres. Aquí se acoge a aquellas personas desvalidas en la calle o en los hogares. 

Es el inicio de este nuevo carisma que dará una nueva impronta en la vida de la Iglesia. Durante este periodo será destituida de forma sibilina como superiora. Incluso las necesidades de las Hermanitas le hacen pedir limosna. Todo esto es una cura de humildad para ella, que lo vive con mucha sencillez. Santa Juana Jugan muere en el año 1879.