La Ascensión del Señor: Entrada triunfal al Cielo
Madrid - Publicado el
2 min lectura
Recuerda el himno de la Liturgia de las Horas de este día: “No. Yo no dejo la tierra”. Así se confirma la presencia de Cristo en medio de los hombres una vez que sube al Cielo, para prepararnos las moradas, en la celebración de este día tan estelar: La Ascensión del Señor. El Señor Jesús después de convocar a los discípulos al Monte de los Olivos les dio las últimas instrucciones de predicar el Evangelio a toda la Creación.
Una vez terminada su recomendación de no moverse de Jerusalén para recibir la Promesa del Espíritu Santo, sube por su propio Poder y se sienta a la derecha del Padre. Se distingue así entre Ascensión y Asunción. Ascensión es subir uno por sí mismo y esto le pasa al Señor. Su Condición Divina le hace ascender, mientras que, en la Asunción, que es el Misterio de su Madre, es el Hijo quien le sube al Cielo. La Escritura señala cómo Jesús después de resucitar de entre los muertos se apareció durante cuarenta días.
Por eso, el Misterio de esta jornada tiene lugar cuarenta días después de resucitar de entre los muertos. Los tres evangelios sinópticos -Mateo, Marcos y Lucas, relatan el Pasaje de La Ascensión. En el siglo II se comienzan a vivir los domingos del Año Litúrgico. Y dos centurias más tarde, se introduce Pentecostés para llevar a Plenitud la Pascua con La Venida del Espíritu Santo. Por entonces no faltan los que ponen en el mismo día La Ascensión.
Por fin se siguió la indicación Escriturística de que el Señor se apareció por espacio de cuarenta días. De esta manera, el jueves de la semana anterior a Pentecostés, se fijó la subida del Señor al Cielo. Por razones pastorales, la Iglesia en España, solicitando permiso a Roma la trasladó al domingo posterior y penúltimo de Pascua, hecho que se bien realizando desde el año 1977. Hoy también se vive la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.