Beato Ciriaco Sancha, el "padre de los pobres"

En medio del paisaje, muchas veces oscuro, surge la luz. Esto se ha producido muchas veces en las diferentes etapas históricas de nuestro tiempo. Así en el siglo XIX la sociedad vivía en medio de la tecnología que empezaba asomar. En un mar de ideas contrarias a la Fe, pero que no había que desconocer. Y en medio de este ambiente también afloran los cristianos que dan testimonio como fermento en la masa. Uno de ellos es el Beato Cardenal Ciriaco Sancha que recordamos hoy. 

Su origen se remonta al año 1833 en el pueblo burgalés de Quintana del Pidio, cerca de Aranda de Duero. Su familia es de origen humilde que trabaja en una granja. Ciriaco siente la vocación a la vida sacerdotal y se marcha a estudiar al Seminario de El Burgo de Osma, ya que su pueblo natal aunque de Burgos geográfica y civilmente, hasta el año 1956 pertenció como el resto de la Ribera del Duero a la Diócesis de Osma- Soria. Ordenado sacerdote va a estudiar. Tras los estudios en Salamanca, fue destinado a Cuba. 

Allí el Cardenal Sancha ayudó a niños necesitados llamándole “el padre de los pobres”. Para potenciar esta labor fundó las Hermanas de la Caridad. En 1876 fue nombrado obispo auxiliar de Toledo, desempeñando su ministerio episcopal también en Ávila, Madrid-Alcalá y Valencia. En su trayectoria convocó el I Congreso Católico y el Congreso Eucarístico.

Todos estos eventos eclesiales fueron de carácter nacional. Creado Cardenal en 1894 por el Papa León XIII, cuatro años después será nombrado arzobispo de Toledo y Primado de España. También se le otorgó el título de Patriarca de las Indias. El Beato Cardenal Ciriaco Sancha muere en el año 1909. La pobreza y sencillez fueron la impronta de su ministerio episcopal.