25 de diciembre: El Nacimiento del Mesías

Hay días en los que reluce la Paz de Dios muy especialmente. De esos en los que se nota claramente que las Viejas Profecías van camino de cumplirse como ya estaba prometido. Hoy, 25 de diciembre, celebramos la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. San Lucas cuenta en el Evangelio de la Infancia que salió un Edicto del Emperador Augusto mandando que todos debían ir a empadronarse a su ciudad. Las Escrituras destacan que es el primer censo que se hizo cuando Ciro era gobernador de Siria.

José, entonces también fue con su esposa María que estaba encinta a cumplir la Norma dictada. Para ello subió a Belén porque su procedencia era de allí, ya que él era de la estirpe de David. El viaje se hizo desde la preocupación de que María estaba encinta y a punto de dar a luz. Durante la estancia fueron preparando el parto que era inminente, buscando alojamiento en la posada. Sin embargo, no encontraron sitio en los albergues de Belén.

Al final encontraron un hueco en la zona de los pastores en un establo. Allí se le cumplió el tiempo del parto a María que dio a luz a su Hijo Primogénito y lo envolvió en pañales. El Nacimiento de Cristo se produjo en el mismo tiempo en que nacían los corderos que serán sacrificados en la Pascua. De hecho, el Profeta Isaías presenta a Cristo como el cordero manso llevado al matadero. Seguidamente, unos pastores que velaban por turnos los rebaños al raso vieron un Ángel que les llevó la Buena Noticia.

Que en la Ciudad de David les había nacido un Salvador. Como señal encontrarían a un Niño Recién Nacido. De pronto, en torno al Ángel apareció una multitude ángeles que alababan a Dios. En estos días cobra especial relevancia el Belén entronizado que cumple ahora 800 años desde que lo crease San Francisco de Asís. Hoy también comienza la Octava de Navidad en la que, dada la grandeza del Misterio, se celebran los ocho días siguientes como si fuese el mismo 25 de diciembre.