Fiesta del 21 de noviembre: la Presentación de la Virgen en el Templo

Después de Cristo, la Iglesia sigue detenidamente los momentos principales de la vida de la Virgen María en su conexión con el Misterio de la Salvación. Y hoy tenemos una celebración de una memoria mariana como es la Presentación de la Virgen en el Templo.

Después de nacer, como prescribe la normativa, María es presentada en el templo por San Joaquín y Santa Ana y agregada al grupo de niñas doncellas que adquieren una pequeña formación como se les podía proporcionar entonces para conocer un poco más de la Historia Salvífica.

La historia dice que seguramente la Virgen cuando llega al atrio Ella misma sube las escaleras como arrancándose de la mano de su padre San Joaquín, el cual entiende que su Pequeña tiene un gran amor por Dios. Pero queda la Providencia para la Niña María lo que El Cielo tiene pensado para un futuro a corto plazo.

Así se pone de manifiesto que el Señor ha elegido a la que iba a ser su madre antes de ser concebida y formada en el seno materno, en palabras de la Sagrada Escritura. Ella siente e intuye ese Espíritu que aletea sobre su ser en todo momento y que la cubre con su sombra como le dirá el Arcángel San Gabriel en la Anunciación.

Esta festividad empezó a celebrarse en un primer momento en la Iglesia de Oriente. Y en el siglo XIV el Papa Gregorio XI que se hallaba en Avignon, en la época del destierro de los Papas tiene noticia de que en la Iglesia de Chipre se hacen grandes fiestas en honor de la Virgen Niña presentada en el Templo.

Por este motivo conviene en que tal memoria se viva también en Avignon y un tiempo después Sixto V logra que la festividad se extienda a toda la Iglesia. Y Santa Catalina Emmerich describe en sus libros que tuvo la visión de este Misterio tal y como se ha contado al principio de estas líneas.