La fiesta de la Sagrada Familia

La estampa navideña más destacada es contemplar el Portal de Belén en el que se encuentran viviendo Jesús, José y María. La armonía salta por todos los lados al contemplar al que nace entre animales, rodeado de sus padres. Precisamente la Iglesia quiere vivir el domingo siguiente al 25 de diciembre la Fiesta de la Sagrada Familia. Al ser en ese domingo que transcurre entre Navidad y Santa María, Madre de Dios, se le denomina Infraoctava del Tiempo de navideño.

Dios quiere venir a la vida de los hombres entrando en su historia en el seno de una familia. Todo empieza con el anuncio del Ángel Gabriel a la Virgen para decirle que va a ser la Madre del Salvador. Ella acepta. José se sorprende de que su Prometida espere un Hijo por obra del Espíritu Santo, pero también asume el Plan de Dios sobre él.

Cristo es Hijo de Dios hecho Hombre, Hijo de María e hijo adoptivo de San José. Cuando viene al mundo naciendo en un establo, la Virgen le cuida como esmero y San José cuida de los dos. Hubiera sido fácil nacer en Nazareth y han de ir a Belén donde San José ha de censarse.

Podría haber sido fácil el Nacimiento, pero tiene lugar en una cueva. José ha de coger al Niño y a su Madre y emigrar a Egipto cuando Herodes le busca para matarle. La Virgen ha de asumir que Simeón le diga a modo de Profecía que una espada le atravesaría el Corazón. María y José han de buscar al Niño Jesús cuando iban a Jerusalén y Él se queda en el Templo sin que sus padres lo supieran.

A los tres días le hallan en el recinto sacro entre los doctores. Cuando baja con ellos de nuevo a Nazareth crece en gracia y sabiduría ante Dios y ante los hombres y cuando José muere, Cristo se hace cargo del taller hasta que comienza su Vida Pública. Los últimos Papas han animado a vivir de forma especial esta festividad.