San Antolín: patrono de Palencia y curador de reyes

La vida de los Santos se forja en la pequeñez de las cosas del día a día. Unos proceden de caminos paganos y vienen a convertirse. Otro siguen la senda de la Fe desde el principio. Pero unos y otros pasan por apuros en la trayectoria y el caminar porque desde ahí llegan a curtirse para ser testigos valientes. Es lo que le sucede a San Antolín de Amiens. 

La tradición le sitúa como un artesano que realiza tallados de piedra. Era la forma de ganarse el sustento de cada jornada. Su ambiente es pagano, pero él tiene quien le abra los ojos para comprender que ese no es el camino. Percatado del engaño de los falsos ídolos, muestra su enfado y se marcha de la ciudad. Cuando retorna destruye muchos de esos ídolos, por lo que vuelve a huir, evitando que le maten. El obispo encarga a Antolín que levante una Iglesia, lo que le cuesta que sus enemigos, se fijen en él. 

Ello tiene el precio de que es persona non grata y además cristiano, que hace frente a sus intereses paganos. Por ello es asesinado. Sus reliquias llegaron a Palencia. Fue el rey Don Sancho quien las encontró. Dice la historia que el monarca iba de cacería persiguiendo a un jabalí hasta una cueva, donde el animal en el instinto de supervivencia se refugió. Cuando le iba a disparar una flecha se le paralizó la mano al rey, entendiendo que pisaba lugar sagrado. 

Por ello prometió edificar un templo allí si se curaba. Como se cumplió lo que pidió, él también llevó a cabo su promesa e hizo la catedral palentina dedicada a San Antolín. La Seo palentina actualmente se encuentra en restauración para conmemorar el año 2021 el VII Centenario de la colocación de la primera piedra.