El primer santo que aparece en las actas martiriales de España

Es curioso que algunos de los diáconos más popularmente conocidos en el Santoral, hayan abrazado la palma del martirio, y además sean de origen español. Junto a estos detalles tenemos una característica muy particular en el Santo de hoy: San Vicente.

Este santo es diácono, es español y es que es mártir, pero no uno más sino el primero que se conoce en las actas martiriales de España. Es aragonés y por lo tanto compatriota de San Lorenzo, también diácono y mártir. No faltan informes que aseguran parentesco entre la familia de Vicente y de Lorenzo. La cuestión es que Vicente se encuentra en la ciudad del Ebro y del Pilar. Allí la Virgen había garantizado a Santiago que Hispania sería un foco de Fe. Y por la situación que tenemos la Fe podría venir desde el martirio también siendo semilla de nuevos cristianos.

Vicente es Diácono en esa Iglesia y, por lo tanto, servidor. Su misión era atender a los sacerdotes y obispos. Vicente tenía claro que Dios le había puesto a su servicio en la predicación de la Palabra y en la caridad con un miembro visible muy concreto: Valerio, obispo de Zaragoza.

La ciudad tenía otro nombre por el Imperio Romano, Cesaraugusta, esa urbe que daba un significado especial a los intereses imperiales. No debía ser un sitio donde la religión cristiana campease a sus anchas. Por eso, cuando Vicente y Valerio son descubiertos como cabezas visibles de esa comunidad cristiana son detenidos y llevados encadenados a Valencia.

Vicente habla con firmeza y sencillez desde las palabras de Cristo en el Evangelio (“El Espíritu hablará por vosotros”). Esto irrita a los gobernantes que destierran a Valerio y a Vicente le infringen multitud de castigos sangrientos en la cárcel hasta que muere.