Madrid - Publicado el
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Cada uno de los miembros del Colegio Apostólico dejan su impronta como Basamentos de la Iglesia que fundó el Señor. Hoy celebramos al Apóstol San Bartolomé, una de estas Doce bases de la Comunidad Eclesial. Tal y como cuentan Mateo, Marcos y Lucas en los Evangelios, Cristo después de pasar la noche en oración, llamó a sus discípulos y eligió a Doce de ellos para que estuviesen con Él.
Entre estos se encuentra San Bartolomé. San Juan relata cómo Felipe fue uno de los que siguió al Señor, y cuando encontró a Natanael –también llamado Bartolomé-, oriundo de Caná de Galilea, le dijo: Aquel de quien los Profetas escribieron, lo hemos encontrado, Jesús, hijo de José de Nazareth. ¿De Nazareth puede salir algo bueno? Ven y lo verás. Cuando el Maestro le ve, dice: Ahí tenéis a un israelita en quien no hay engaño.
¿De qué me conoces? Antes de que Felipe hablase contigo, te ví debajo de la higuera. Rabí: Tú eres el Mesías esperado, el Hijo de Dios. ¿Por haberte dicho que te vi bajo la higuera crees? Has de ver cosas mayores. En verdad en verdad os digo: Veréis el Cielo abierto y a los ángeles bajar y subir sobre el Hijo del Hombre. Su pertenencia al grupo de los Doce Apóstoles le hace ser también testigo de la Resurrección del Señor y de su Ascensión al Cielo.
Los Hechos de los Apóstoles le sitúan con el resto del Colegio Apostólico perseverando con María en la Oración a la espera de la Venida del Espíritu Santo. En Armenia predica la Buena Nueva. La gente acoge muy bien el Mensaje de Salvación, pero las autoridades molestas lo consideran peligroso. Esta tradición recordará que tras ser detenido es condenado a ser desollado y al final San Bartolomé es decapitado.