SANTO 14 NOVIEMBRE
San Diego de Alclá: El Santo pobre y orante
Hoy te contamos la vida de San Diego de Alcalá, que fue lego franciscano.
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La pobreza de espíritu siempre alude a la sencillez de corazón, pero no quita el desprendimiento de muchas personas que han alcanzado la Santidad por su corazón pequeño y grande a la vez, pero también porque no han trenido una vida con mucho dinero ni muchas posesiones. Hoy 14 de noviembre, la Iglesia nos presenta a San Diego de Alcalá.
Nacido en San Nicolás del Puerto (Sevilla) el año 1400, sus padres eran precisamente muy pobres. Pero en esta pobreza no faltaba la educación digna en la Fe, la honradez y la rectitud de intención. Eso que premia Dios especialmente. El pequeño Diego se acerca a ese deseo de rezar y contemplar. Por eso, de muy joven se acerca a un ermitaño al que imita en su vivencia hasta que entra como lego Franciscano. Destinado al Convento de Fuerteventura, en Canarias, Diego hará allí una gran labor.
Sin duda siguió a su maestro Francisca de Asís, el que siempre hablaba de evangelizar con el ejemplo. De vuelta a la Península, vivió en diversos conventos, en los que dejó su impronta. Poco después marcha a Roma para celebrar el aniversario de la canonización de San Bernardino de Siena. Durante la peregrinación sorprende la atención a los enfermos, por lo que es nombrado guardián en el Convento de Ara Coeli.
Incluso aquellos que más sufrían sienten el alivio por sus oraciones y su trato similar al de un ángel. Los últimos años los pasaría en el Monasterio de Alcalá donde San Diego muere el año 1463, tras una vida de entrega total. Todos recuerdan su testimonio personal como un hombre imbuido de la pobreza franciscana desde la que sirvió a todos los necesitados con verdadero desprendimiento y generosidad.