El Santo de hoy: San Dionisio, Protector de Las Galias
San Dionisio y sus compañeros derramaron la sangre pero casi sin ser notados, con total sencillez y humildad.
Madrid - Publicado el
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Existen multitud de mártires que han sufrido la persecución hasta derramar su sangre, casi desde el silencio que el Evangelio avala cuando dice “que todo lo sepa no los demás, sino tu Padre que está en el Cielo y tu Padre que ve en lo escondido te recompensará”. Hoy, Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario, celebramos a San Dionisio y sus compañeros que derramaron la sangre pero casi sin ser notados, con total sencillez y humildad.
Oriundo de Italia, su vida transcurre en el siglo III. Enviado por el Papa llega a Las Galias. Esa zona necesitaba más la presencia de alguien que predicase el Evangelio en un clima de persecución absoluta a los seguidores de la Fe. El Papa San Fabián cree que el más adecuado es Dionisio. Allí llegará con el presbítero Rústico y el Diacóno Eleuterio. Por entonces arrecia la persecución del Emperador Valeriano.
Él pide que sean denunciados aquellos que estén dentro de cualquier Provincia del Imperio y sigan el cristianismo. Dionisio con sus compañeros serán delatados y, por lo tanto, apresados. El Prefecto les interroga y les ofrece cíniocamente la posibilidad de que se adhierana al religión oficial de Roma, sacrificando a los dioses. Ellos, recordando a Pedro y los demás Apóstoles en jerusalén alegaron que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres y que no seguirían la Doctrina desviada.
Por ello sufrirán grandes suplicios muriendo decapitados. Montmarte fue el lugar de la condena a muerte. Posteriormente, cuenta la tradición que, después de ser decapitado, San Dionisio cogió su cabeza debajo del brazo, caminando seis kilómetros para entregar su cabeza a una mujer de gran Fe. Esta zona se sitúa en la actual Saint-Denis, donde se edifició una Basílica en honor del Santo. En París y la zona fue creciendo al Devocióna este Santo.