El Santo de hoy: San Edmundo, mártir por fidelidad al Romano Pontífice

En el Adviento, resuena especialmente el testimonio de los Santos como Profetas de esperanza. Muchos de ellos han derramado la Sangre como le pasó al Redentor en su Misterio Pascual. Eso el sucedió a San Edmundo y sus compañeros mártires que sellaron con su vida el testimonio de Fe, presentando al Señor que en estos días nos alerta para estar vigilantes. Nace en 1585 en el Ducado de Haydock (Inglaterra), en el seno de una familia muy católica que sufrieron mucho a causa de su fidelidad a la Iglesia.

Eran unos momentos cruciales para la Comunidad Católica en Inglaterra donde el anglicanismo asomaba, endureciendo el trato con los servidores de la unidad con el Romano Pontífice. Incluso le quedó la pesadilla de cuando una noche vinieron a por sus padres por el hecho de ser católicos. Entonces él tuvo que salir huyendo en pijama y ponerse a salvo porque vio que era imposible intermediar ante unos captores fanáticos.

De hechos sus progenitores fueron llevados a la Prisión de Landcaster. Intentó cursar estudios en el Colegio internado de Douai. Este lugar fue fundado por el Cardenal William Allen y algunos Benedictinos exiliados, con el apoyo del monarca español Felipe II, debido al impacto del citado Cisma anglicano. Allí fue bien recibido pero sufrió la prueba de la enfermedad. Esto no le hizo abandonar. Y así se mostró la fortaleza de Dios que le llevó a ordenarse sacerdote.

Destinado a Lancashire destacó por su espiritualidad y su preocupación por las almas, comenzando por tener él una fuerte base de oración espiritual con un alma netamente caritativa. El obispo anglicano de Chester le capturó, pero surgió un verdadero diálogo ecuménico que le libera. Tras ingresar en la Compañía de Jesús le traicionan varios falsos hermanos por lo que será condenado a morir en la horca por alta traición. Incluso muchos protestantes y anglicanos se pusieron de su lado, pero fue en vano. San Edmundo muere mártir en 1628.