SANTORAL 11 OCT
San Eduardo, el rey que conoció a Cristo en medio del caos
Eduardo reina en Inglaterra con justicia en medio del caos. Su padre ha muerto, su madre lo ha abandonado y la Iglesia se ha dividido.
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Siempre se ha resaltado, como Cristo dice en el Evangelio, que "mandar es servir". Eso le pasa a San Eduardo III, un rey caracterizado por el servicio a Dios y los hombres. Su vida se desarrolla entre los siglos X y XI. Nace en Inglaterra el año 1004 su familia no son, ni mucho menos, labradores, campesinos o pastores.
Su vida surge en torno a la corte y se nota la relajación de costumbres. No son los tiempos de modernidad pero las gentes viven sumidas en la más absoluta ignorancia. La clase noble se servía de esa falta de formación en el pueblo para hacer de las suyas y aprovecharse de la buena voluntad de las personas. Y, encima, entre ellos hay problemas, porque unos quieren sobresalir más que los otros y no faltan las dicusiones. La envidia y la codicia han anidado en los países que decían conservar la Fe y han instrumentalizado las cosas divinas.
Por otro lado, hay un tema que está a punto de estallar: el enfrentamiento entre Focio y Cerulario, Patriarcas de Oriente y Occidente. Esta lucha es, aparentemente, una riña. Pero cuando se pasa al enfrentamiento desencadenará el hecho histórico de la División entre Oriente y Occidente, originando el famoso cisma que origina en Oriente el cristianismo ortodoxo, que no acepta la supremacía del Papa.
Cuando tiene diez años en su mente de niño, Eduardo sabe que hay peligros que no pueden resolverse. Entonces encuentra acogida y apoyo en su tío, el Duque de Bretaña, que le acoge. Todo parece estabilizarse hasta que muere el padre de Eduardo y se lo comunican. El aspirante a monarca se siente solo, aunque acepta lo que Dios le prepara, porque lo ve en clave de cuidado amoroso desde el Cielo. Otra prueba es que su madre le abandona y se casa con Knut, goernante tirano de Dinamarca. A los cuarenta años reinará imponiendo la única ley que conoce: el servicio y el amor desde Dios. Reina hasta el año 1065 y limpia de corrupción su reino.