San Eduardo, servidor bueno y fiel

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Una de las características de los Santos es buscar la armonía y la paz, aunque sea por encima de los intereses personales. Hoy nos acercamos hasta la figura de San Eduardo que siempre fue un humilde y fiel servidor. Nacido en Inglaterra el año 1004, su tiempo se encuentra inmerso en los asaltos de los piratas a los comerciantes marítimos, y su propio pueblo sufre duramente la pobreza, con una realidad convulsa.

Entretanto, los palacios están repletos de codicias y envidias, situación que afecta también a los cristianos. Siendo pequeño, marcha a vivir con sus tíos, los Duques de Bretaña, la región más civilizada de Europa por aquellos tiempos. Después de recibir noticias de la muerte de su padre y su hermano, que iba a ser el heredero, mira con honda tristeza los desposorios de su madre que casa con Knut, usurpador del trono, de origen danés.

Guiado por los monjes de Normandía, muere el tirano real, y, cuando le proponen para reinar, su madre vuelve a intervenir para que sea el hijo de su segundo esposo, el nuevo gobernante. Como Eduardo no quiere reinar derramando sangre, se retira nuevamente, pero verá cómo su hermano Alfredo muere en una emboscada. A pesar de esto no alberga odio ni venganza en su corazón. Siempre acoge la voluntad de Dios que pie no dervolverr el golpe al que te pega en la mejilla.

Prueba de ello, es que cuando por fin accede al trono, por espacio de cuarenta años, rige al pueblo con dulzura, sin rencores y sin represalia, por lo sucedido anteriormente. A su madre le recluye en un Convento y a su esposa, hija de un pernicioso duque, no le recrimina los pecados de su padre, para no aplicar sino la ley del Amor de Dios. Así logra que florezca la Comunidad Eclesial. El rey San Eduardo muere en el año 1066.

Temas relacionados

nuestros programas

ECCLESIA ALVARO SAEZ

Ecclesia

Con Álvaro Sáez

Domingos a las 13:00h