San Eulogio, mártir del Dios-Hombre
Madrid - Publicado el
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La Manifestación del Dios-Hombre que predica la Salvación se muestra en aquellos que dan la vida por Él, esperando sólo la recompensa Eterna. En estos comienzos del Tiempo Ordinario, hoy conmemoramos a San Eulogio de Córdoba. Nacido en el año 800 en el seno de una familia profundamente católica, contempló con lástima a muchos cristianos que se pasaron al Islam por miedo a las intransigencias de los musulmanes.
Formado en Filosofía y otras artes por maestros prestigiosos, caló en él, especialmente, la gran Fe de su abuelo, hasta el punto de ganarse el afecto de todos, gracias a su simpatía y su caridad. Prueba de ello son sus visitas y el cuidado esmerado a los enfermos. También se sintió llamado a la consagración a Dios. Ordenado sacerdote, pronto destaca su gran elocuencia en las predicaciones, y, sobre todo, su ejemplo de santidad.
Su sabiduría y afán de estudio que, cada día, iban en aumento, lograron que otros sacerdotes y religiosos se le uniesen, junto a muchos fieles cristianos, creando un nutrido grupo de formación espiritual y humana. Cuando a mitad del siglo IX empieza la persecución contra los cristianos de la capital cordobesa, todos intenta protegerle y esconderle, pero él no se oculta. En medio de la reacción de todos los creyentes, está Eulogio quien, será encarcelado.
Ahora aprovecha para ahondar más en el trato con Dios y el estudio. Puesto en libertad, comprueba la destrucción de templos que ha llevado a cabo el gobierno. Al intentar hacerle Obispo de Toledo, el régimen islámico se opone. Es el momento supremo para alcanzar la Corona que no se marchita. Su ayuda a otros musulmanes a la conversión al catolicismo le vale ser condenado a muerte. San Eulogio de Córdoba será martirizado en el año 859.