El Santo de hoy: San Gaspar de Búfalo, fundador de los Misioneros de la Preciosa Sangre

Muchos son los misioneros que ha dado la Iglesia a lo largo de los tiempos. Desde su lugar de origen han marchado a zonas de Ultramar y a otros Continentes para predicar el Evangelio. Otros fueron verdaderos apóstoles y misioneros en su lugar de origen. Hoy celebramos a San Gaspar de Búfalo, gran apóstol en su tierra desde los pasos del Espíritu de Dios. Nacido en Roma el año 1786, es hijo de un capitán.

Cuando Napoleón apresó al Papa Gregorio VII, Gaspar fue fiel al Pontífice, siendo desterrado. A su vuelta encontró la Ciudad Eterna como ovejas sin pastor, por lo que se dedicó a asistir a las almas en la confesión y el acompañamiento espiritual. Muchos le siguieron en este camino por lo que funda los Misioneros de la preciosa Sangre que recorren de pueblo en pueblo predicando y asistiendo a las almas con una dedicación especial a los más necesitados o los más alejados de la Fe.

En esos lugares es donde poco a poco fue fundando y asentando comunidades. En todo ello contó con el apoyo y el auspicio del Papa, quien le fue indicando los lugares más cruciales y problemáticos para evangelizar desde el nuevo carisma que había forjado con la Inspiración del Espíritu Santo. Nápoles fue el lugar donde comenzó el asentamiento, por indicación del propio Vicario de Cristo porque era tierra de mucho vacío y relajación.

Desde el principio hubo muchas dificultades, hasta el punto de que cuando resolvían un problema surgían muchos más. La clave estaba en que animaba a sus sacerdotes a no perder la calma y seguir adelante. Esa paciencia y tesón generaron multitud de frutos espirituales, pastorales y humanos. La acogida de la gente se notaba cada vez más. Cuando enferma ofrece sus tribulaciones en bien de la Iglesia y por la conversión de los pecadores. San Gaspar de Búfalo muere en el año 1836.