San Hilario, Papa de unidad y de paz
Madrid - Publicado el
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Cuando el Señor antes de consumar su Obra Redentora en el mundo da la Paz a sus discípulos en el Cenáculo. En ese contexto les recuerda que su Paz no es como la que da el mundo. Hoy, en este martes de la I Semana del Tiempo de Cuaresma, es la festividad del Papa San Hilario que vivió esa necesidad de luchar por la paz y la unidad. Natural de Cerdeña, interviene como legado de Pontífice San León I en el Concilio de Éfeso.
Además puso su granito de arena para pacificar la situación creada ante los conflictos entre los griegos y los latinos en el tema de la celebración de la Fiesta de Pascua. Cuando muere San León I, es elegido Pastor de la Iglesia Universal, servicio que ejercerá durante sus últimos siete años de vida. En este periodo su celo por la comunidad eclesial, le empuja a trabajar en el asentamiento de los principios disciplinares y también jurídicos.
Entre los múltiples problemas que tuvo que corregir destacan el afán de poder de algunos clérigos de Las Galias, y los problemas de comunión en diversos puntos de la geografía española. Por ello se definía como un defensor de la unidad en Cristo Jesús, algo por lo que el Señor pidió de forma espcial en el discurso de despedida en el Cenáculo. También dejó un gran elenco de construcciones, como es el caso de varias capillas en la Basílica de Letrán.
También levantó un Monasterio que le puso bajo el patrocinio del Diácono y mártir San Lorenzo. Así dejó un testimonio dedicado al Apóstol San Juan, al que atribuyó la cantidad de beneficios que le dispensó el evangelista en las dificultades que se le plantearon en su vida ministerial, siempre que le invocó. Muere el último día de febrero en el año 468. Su confianza en Dios siempre le hizo al Papa San Hilario ser fuerte en el combate.