San Isidro, humilde y feliz labrador

La sencillez abre puertas en el camino de la Santidad. No en vano el Señor lleno del Espíritu Santo da gracias al Padre porque estas cosas se las ha escondido a los sabios y entendidos y se las ha revelado a la gente sencilla. Sencillo es el Santo de hoy: San Isidro, Labrador, imbuido del Espíritu que da la vida, de la que ya goza él por los méritos de Cristo en su Misterio Pascual. Nacido a finales del siglo XI en Madrid, es de ascendencia mozárabe. Es decir, perteneciente a aquellos grupos cristianos que procedían de territorio musulmán.

Casado con Santa María de la Cabeza, fruto de su matrimonio nace San Illán, también Santo. Gran adorador de Cristo Eucaristía y muy devoto de la Virgen, siempre iba cada día a Misa antes de empezar la tarea. Acusado de faltar a sus labores, su amo, Juan de Vargas quiso comprobar esas acusaciones. Y cuenta la tradición que al llegar al campo comprobó a Isidro orando y la tierra estaba surcada debidamente. Incluso vio un ángel que araba con los bueyes mientras el santo agricultor paraba a hacer oración.

Cuando el hijo de Isidro cayó a una acequia, él y su mujer rezaron y le recuperaron con vida. Lo mismo sucedió con la hija del amo, al que también devolvió sano y salvo. La alegría con que vivían en el entorno familiar soportó con paciencia muchas críticas. Después de una feliz ancianidad, colmado de años, muere en olor de santidad. Varias décadas después, fue descubierto su cuerpo, que se hallaba incorrupto, actualmente enterrado en la Colegiata, levantada en su honor.

Beatificado por el Papa Pablo V en 1619, se fija el 15 de mayo como el día de su fiesta. Un retraso en la Bula de su canonización, debido a la muerte del Papa Gregorio XV, hace que sea finalmente Benedicto XIII el que le eleve a los altares. Juan XXIII le declara Patrón de los agricultores y las gentes del campo. Hoy es también un día especial en Madrid porque hoy se Clausura el Jubileo que se abrió el 15 de mayo de 2022 al cumplirse 400 años de su canonización.