El santo de hoy: San Josafat, obispo y mártir

San Josafat, obispo y mártir

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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La defensa de la Verdad siempre trae consigo la persecución e incluso el derramamiento de sangre. Hoy celebramos a San Josafat, mártir por defender la unidad en el Señor que nos congrega en torno a su Mesa. Nacido en Vlomir (Volinia), su bautizo tuvo lugar en la Iglesia Bizantina, separada de Roma. De joven trabajó con un vendedor de telas. El amo se daba cuenta de sus afán por los libros de espiritualidad, viendo en él un hombre bueno.

Por eso quiso ofrecerle la mano de su hija para casarse con ella y así heredar los bienes. Josafat se lo agradeció mostrándole que su camino era otro. El gran deseo de formación le lleva a Vilna, donde conoce la Fe católica adhiriéndose a ella. Allí dos jesuitas influyeron para que siguiese la senda que le trazaba el Señor. Desde entonces anhelaba que los ortodoxos abrazasen el catolicismo. Para lograrlo, la oración y la penitencia son sus principales armas, ingresando en el Monasterio de San Basilio.

Allí tuvo estrecha amistad con un hombre llamado Benjamín Rutsky, tan Santo como sabio. Sintiendo la llamada del Cielo, se ordena sacerdote y ejerce el ministerio por diversos lugares. El Papa Paulo V, le nombra Obispo de Polotsk. En este servicio pondrá todo su celo pastoral en bien de las almas. Pero los enemigos de la unidad, entre los que se encuentra el obispo ortodoxo Melecio, se acercan hasta Roma para contrarrestar la tarea de Josafat.

Tanto crece el odio hacia el Santo, que traman un plan para asesinarle, lográndolo y arrojando su cuerpo al río. Después de cinco días aparece el cadáver, llevándole a la catedral de su Diócesis. Pero su martirio es semilla de conversión, logrando que Melecio abrace le catolicismo y haga profesión de Fe ante el Papa. Tal fue su labor entre las personas que le llamaron “ladrón de almas”. En aquellos lugares especiales donde no era querido se habcía presente tocando muchos corazones a la conversión.