San León Magno, Pastor caritativo y clarificador

La Barca de Pedro siempre ha sido asistida por el Espíritu y en tiempos de dificultad ha salido a flote con pastores santos y egregios, que quiere decir, consecuentes y coherentes en el servicio y en el pastoreo. Hoy la Iglesia, nos brinda al Papa San León Magno, fuerte y grande como muestra su sobrenombre. Nacido en la región italiana de Toscana, sería elegido Pastor de la Iglesia Universal el año 440. Si por algo se caracteriza es, por ser uno de los Pontífices más insignes de la antigüedad cristiana.

Precisamente la misión que Dios le encomendó, la desempeñó con gran celo pastoral y apostólico en bien de las almas. Su espíritu sacerdotal se manifiesta cuando hace frente a las dos dificultades presentadas: Una interna, como son las herejías; y otra externa, que es el caso de los bárbaros. Respecto a este último punto, logró que los invasores no destruyesen la Ciudad Eterna. Y es que según la historia el propio Atila iba arrasando todo lo que encontraba.

Cuando amenazaba la Ciudad Eterna, le salió al encuentro y con dureza le conminó a que volviese por donde habái venido. Respecto a las desviaciones doctrinales que es el problema interno, fue el promotor del Concilio de Calcedonia donde se habló de Cristo Dios y Hombre Verdadero. De él se conservan varios legados, entre los que se encuentran sermones y cartas varias, que constituyen un tesoro y una gran riqueza para la comunidad eclesial.

Todos estos gestos le valieron el apelativo de Magno. San Leon Magno muere el año 460. Una de sus frases más famosas, la pronunció durante una homilía en Navidad y decía así: “Reconoce ¡Oh cristiano! tu dignidad. El Hijo de Dios se vino del Cielo por salvar tu alma”. Él reflexionó mucho sobre este Misterio de Dios que se hace Hombre. Tal era su presencia que cuando hablaba para calmar ánimos y sentar las bases de la Fe todos decían que “Pedro ha hablado por boca de Léon”.