San Mateo, autor del primer Evangelio

Los grandes miembros de la Primitiva Comunidad Cristiana han sido muy venerados a lo largo de los siglos. Hoy recordamos al Apóstol San Mateo, de gran devoción en muchos lugares, incluso dentro de nuestra geografía. Su nacimiento se sitúa en Cafarnaún, dedicándose al oficio de recaudador de impuestos, un modo de vida odiado por los judíos, ya que cobraba más de la cuenta para quedarse él con algo.

Y aquí se va a manifestar una vez más el designio divino, que llama al que no cuenta. En esas circunstancias, cuando se encuentra junto al mostrador, Cristo se acerca y le elige para formar parte del Colegio Apostólico. Una vez más, la prontitud del siervo que sigue al Señor, pone de manifiesto cómo el corazón se ha sentido tocado por la Gracia. La comida que ofrece al Maestro, a la que asisten los pecadores, escandaliza a los fariseos.

Es entonces, cuando Cristo muestra el rostro misericordioso de Dios que ha venido a encontrar lo que se había perdido. Al mismo tiempo les recuerda que “No necesitan de médico los sanos sino los enfermos” Como el resto de los Apóstoles, es testigo de la misión del Señor. De su predicación y de sus milagros. También da Fe de la Muerte y Resurrección del Maestro. Cuando éste asciende a los Cielos y tras perverar en la Oración con María la espera del Espíritu Santo, marcha a predicar la Buena Nueva en Oriente, muriendo mártir en la parte de Persia.

San Mateo es el autor del primer Evangelio que encontramos en la Sagrada Escritura, en el Nuevo Testamento. Como evangelista se le representa con un hombre al lado. El motivo es que comienza hablando de la Genealogía de Cristo para aludir a que Dios se hace Hombre y que viene a travé sd eun inaje concreto, en este caso el de David. San Mateo es patrón de ciudades españolas como Valladolid, Logroño y Oviedo.