San Pantaleón

Una reliquia con su sangre se conserva en el Real Monasterio de la Visitación del Madrid de los Austrias que cada 27 de julio, día de su fiesta, se vuelve líquida

San Pantaleón, mártir

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

2 min lectura

Uno de los Prefacios de la Misa canta a Dios que, en verdad hace obras grandes. Hoy la Iglesia nos presenta a San Pantaleón que pasó por un verdadero valle con espinas hasta encontrar la senda de la Vida, sintiendo al Dios Inmenso en su amor y paz hacia él. Natural de Nicomedia nace en el año 305 dentro de una familia muy variopinta ya que el padre era pagano y su madre seguía la Buena Nueva del Evangelio.

Su oficio era la medicina y atendió personalmente al Emperador como médico personal. Si por algo se caracteriza su trayectoria hacia Dios es porque su corazón se asemejaba a esa Semilla que propone el Señor y que cae a distintos nieveles dando frutos variopintos y no siempre los esperados. Por eso tuvo algún acercamiento a la Fe gracias a su madre, pero enseguida se dejó llevar del paganismo hasta que un cristiano llamado Hermolaos logró la plena conversión de Pantaleón a la causa del Señor Jesús.

La envidia poco a poco se iba encaramando en quienes le veían, que estaban dispuestos a poner fin a su vida. Denunciado, precisamente, por algunos médicos como cristiano el Emperador intentó salvarle en atención a que le curó varias veces, pero al final la cobardía del magnate, el mal de sus enemigos y la cobardía de otros llevó a Pantaleón a ser decapitado por declararse discípulo de Cristo.

Algo así como la mediocridad de Nabucodonosor cuando arrojó a Daniel y su amigos al foso de los leones. Una reliquia con su sangre se conserva en el Real Monasterio de la Visitación del Madrid de los austrias que cada 27 de julio, día de su fiesta, se vuelve líquida. Muchos son los que acuden a presenciar este milagro y a orar dando gracias a Dios por tan gran prodigio a la vista de las personas.

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