San Vicente Romano, apóstol de la pesca espiritual

San Vicente Romano, apóstol de la pesca espiritual

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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La Palabra se hace carne y habita entre nosotros para enseñarnos su Amor y que viene a salvarnos. Así ha estado impreso entre los Santos desde el principio de su existencia. Hoy nos situamos en el IV Día de la Feria Mayor del Adviento, en la cuenta atrás para la Natividad del Señor. Y en esta jornada conmemoramos a San Vicente Romano, que fue una gran expresión de la Palabra que se hace carne. Nace en 1751 a las afueras de Nápoles.

Se trata de la zona marinera y costera. Geográficamente es una zona asediada por el Vesubio, donde el arte coral florece por doquier y es una gran ruta de comerciantes. Cuando descubre su vocación, ingresa en el Seminario napolitano. Allí tendrá como profesor al prestigioso Alfonso María de Ligorio. Ordenado con menos de treinta años, la Providencia le designó para que fuese el Pastor de su lugar natal.

Allí fue un gran apóstol entregado a todos. En su oración y apertura al Espíritu Santo fue descubriendo las Gracias que Dios le daba siempre para poner en marcha las iniciativas espirituales y de apostolado que hiciesen falta. La cuestión es que la gente pudiese profundizar en el Señor. Para eso profundizó en el Ministerio de La palabra y el Evangelio del Amor. Trató mucho a los pescadores y comerciantes.

Cuando el Vesubio entró en erupción, impulsó la reconstrucción moral y humana de la ciudad. Creó el apostolado de la pesca, tan usado actualmente muchas veces. Consistía en acercarse a cualquier paseante e invitarle a entrar a orar un poco en la próxima Iglesia. También puso paz en los conflictos entre los pescadores. San Vicente Romano, concluyó la Basílica de Napóles y murió en el año 1831.