San Willibrordo
El Papa Sergio I le consagra Obispo y él levanta la Basílica en honor de El Salvador en Utrecht, al tiempo que también abre otros tantos monasterios
Madrid - Publicado el
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Todos los lugares del mundo han sido foco de Santidad en mayor o menor medida. Y sobre todo Europa, incluso hasta en sus zonas donde la Fe tardó más en expandirse. Hoy; Domingo XXXII del Tiempo Ordinario, es San Willibrordo, que se acercó hasta zonas del Viejo Continente donde era preciso ahondar en el Evangelio. Será en el año 734, cuando San Beda el Venerable, escriba de este santo como un buen combatiente contra el demonio.
Su vida es una auténtica lucha contra la tentación en la que muchas veces surge el mal que no debiera hacer y el bien que es imprescindible hacer, pero que él debe pedir fuerza para ponerlo por obra y no caer en la tentación. Hijo de un cristiano anglosajón, fue educado en la Fe. Al morir su madre, Willibrordo opta por la vida consagrada de tipo monástico, mientras su padre vive entregado a la más absoluta soledad. Diversos son los monasterios por los que pasa en busca de una preparación y una mejor evangelización de las gentes.
Empeñado en predicar el Evangelio en Frisia, marcha con doce monjes a anunciar la Buena Nueva, en un ambiente nada halagüeño. Las circunstancias planteadas son de una zona salida de un conflicto reciente. Pero la paciencia y el tesón de Willibrordo, dará los frutos esperados. Así surgen las primeras comunidades de cristianos.
Había costado, pero Dios escribe recto con renglones torcidos y muestra su Omnipotencia allí donde uno menos se lo espera. El Papa Sergio I le consagra Obispo y él levanta la Basílica en honor de El Salvador en Utrecht, al tiempo que también abre otros tantos monasterios. Este hombre, San Willibrordo, gran misionero e impulsor de la Fe muere en santidad el día 7 de noviembre del año 739.