Santa Florentina, mujer de cultura contemplativa
Madrid - Publicado el
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La Primitiva Iglesia de España fue cuna de Santos. Muchos de ellos pertencieron a un clan familiar donde resplandecieron por una vivencia muy profunda de la Fe. Hoy conmemoramos a Santa Florentina de Cartagena cuya estirpe estuvo unida a la Santidad, desde un testimonio auténtico. Nacida en Cartagena, su vida transcurre en el siglo VII en la familia de los también Santos Fulgencio, Leandro e Isidoro.
Todos ellos son conocidos con el sobrenombre de Los Cuatro Santos de Cartagena. Son de origen noble ya que su padre era un hombre de gran prestigio por su cargo ante el reinado de los reyes imbuidos de religión arriana -es decir- que negaban la Trinidad. Ellos, por el contrario, poseían una Fe íntegra. Entre todos los hermanos había gran capacidad de ayudarse a crecer y madurar. De hecho, San Leandro formó a Santa Florentina en el conocimiento y la reflexión de las lenguas clásicas, y ella enseñó las ciencias a Isidoro.
A mitad de siglo se trasladaron a Sevilla donde los tres hermanos varones ocuparon la Sede Episcopal de Sevilla y la de Écija. Santa Florentina se sintió llamada a la vida contemplativa e ingresó en un Monasterio Benedictino. Sobre el lugar, algunos autores sitúan el Convento en la capital ecijana, mientras otros hablaban de Talavera de la Reina, en Toledo. La Providencia se sirvió de su formación cultural para que fundase más de cuarenta Casas Monásticas.
San Leandro le había escrito una serie de normas, y es lo que aplicó, aunque muchos estudiosos creen que más que una norma es un elogio de la consagración a Dios. El Libro lleva por título “La Institución de las vírgenes”. Santa Florentina muere hacia el año 633. Parte de sus reliquias se encuentran en la Iglesia de San Juan Bautista de Berzocana, en la Diócesis de Plasencia. Otra parte se halla en la Catedral de Murcia, un Relicario solicitado por Felipe II.