Santa Francisca Romana

Atendió a los más enfermos, mostrando siempre una gran bondad y mansedumbre en el trato con los necesitados

Santa Francisca Romana

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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La Cuaresma es un buen itinerario para reflexionar sobre las palabras del Señor cuando recuerda que os azotarán hasta que os den muerte. Pero en ese momento se produce la oportunidad para dar testimonio. Hoy celebramos a Santa Francisca Romana que conoció el sentido de la contradicción en el cristiano. Nace en Roma en 1384, contrayendo matrimonio a temprana edad con Lorenzo de Ponziani.

Madre de tres hijos, supo dar la impronta de Fe en la vida cotidiana, esmerándose en las tareas cotidianas. Esposa y madre ejemplar, no estuvo exenta de sufrimientos y pruebas. La más dura fue ver cómo morían sus hijos, a la que se unió la confiscación de todas las tierras que poseía. Pero en todas estas dificultades supo ver la mano amorosa de Dios, poniéndose en sus manos y su Fe, lejos de menguar, aumentó plenamente.

Signo de ello fue el espíritu de caridad que se notó más sensiblemente durante este tiempo de dureza para hacer frente a cualquier tentación que le apartase del camino recto. Entre las obras de misericordia que practicó, se encuentra el reparto de sus bienes a los pobres. También atendió a los más enfermos, mostrando siempre una gran bondad y mansedumbre en el trato con los necesitados. Su paciencia no conoció límites para asemejarse así más al Señor paciente.

El año 1425 fundó la Congregación de las Oblatas de Tor de' Specci, siguiendo la Regla de San Benito de “Ora et Labora”. Una vez que enviudó también se incorporó ella al carisma, de estas religiosas que, a pesar de basarse en la normativa benedictina, no es de clausura. Después de una vida entregada a Dios en el matrimonio y en el carisma que inició en bien de la Iglesia de Dios, Santa Francisca Romana murió en el año 1440.

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