El Santo de hoy: Santa Isabel de Hungría, reina pobre y caritativa
Madrid - Publicado el
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La fortaleza de la Fe se muestra ante las dificultades de la vida. Ahí se muestra quién es capaz de perseverar desde Dios hasta el final. Hoy conmemoramos a Santa Isabel de Hungría, que no se asustó ante los problemas que tuvo que llevar como madre y reina. El año 1207 nace esta mujer, hija de Andrés, Rey de Hungría y primo del emperador de Alemania, en un sustrato familiar tan real y noble como plagado de Santidad.
Cuando tenía catorce años de edad, se casó con Luis Landgrave de Turinga, a pesar de que muchos viesen una edad prematura en los esposos. Sin embargo, los desposorios se celebraron, y todos repararon en la bondad y ternura de la joven que tuvo tres hijos a los que educó en la Fe, realidad de la que estuvo impregnada toda su vida. El espíritu de piedad y oración que tuvo le hizo ser madre y esposa ejemplar. A todo ello se unió la atención de su esposo, que siguió esta misma senda de Fe.
No faltaron las envidias ante su recto proceder, sobre todo, cuando al arreciar el hambre, repartió comida entre los más pobres. También creó dos hospitales para una mejor atención de los enfermos y necesitados. Incluso ella misma se entregó de lleno a auxiliar a los propios enfermos que acudían al lugar. No obstante tampoco le faltaron dificultades propias de los discípulos de Cristo, como es el caso de la defensa de los derechos de su hijo mayor a la muerte de su esposo.
De hecho sus cuñados molesto con la caridad de Isabel la marginaron y dañaron hasta lograr que se fuese de Palacio. Antes de irse, ella se aseguró de que todo fuese bien para sus hijos. Entonces, por decisión personal, abandona la Corte. Para una mejor santificación se acerca a los terciarios franciscanos, a los que pertenecerá para ser pobre y desprendida como San Francisco. Santa Isabel de Hungría murió el año 1231 en Marburgo.