Santa Jacinta Mariscotti, contemplativa confirmada en la Fe

Santa Jacinta Mariscotti, contemplativa confirmada en la Fe

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

1 min lectura

La vida del cristianos siempre es una contemplación de Dios que se encarna, nace, muere y resucita. Hoy recordamos a Santa Jacinta Mariscotti, verdadera conteplativa aprendiendo siempre de la realidad monástica ante sus pruebas mundanas. Nace en Vignatello, cerca de Viterbo en el año 1585. Sus hermanos tuvieron una vida espiritual muy ejemplar, viviendo santamente desde distintas vocaciones, pero todas llevándoles a Dios.

No en vano sus padres le quisieron poner cerca de una de las hermanas, Inocencia, para que aprendiese de ella las buenas virtudes y los calores del Monasterio. Pero aquello no dio excesivos resultados, puesto que dentro del convento, vive más pendiente de las cosas externas, terminando por abandonar ese estilo. Pronto contraerá matrimonio, acentuando las cualidades de su belleza. Esto supone una prueba en su vida cristiana

Su afán de presumir de las cosas mundanas que le rodean, hacen que se ponga al borde de la débil Fe que tenía. Un intento, más por obligación que por devoción, le empuja a hacerse Terciaria Franciscana. En medio de tanta tibieza, la Providencia se sirve de una enfermedad que le sitúa en el umbral de la muerte. Es la noche oscura de su alma. Es entonces cuando decide mudar con una confesión general.

Así se adentra en la más austera penitencia y practica mortificaciones que le ayuden a expiar sus momentos de hija pródiga. Apenada por la situación que viven muchas almas, funda La Compañía de Sacconi, para ayudar a bien morir y Los Oblatos de María para avivar la piedad. Ahora sí que está confirmada en la fe que le dio su familia al educarla. Santa Jacinta de Mariscotti muere en el año 1640.

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