SANTORAL 18 AGOSTO
La Santa madre Emperatriz que descubrió la Cruz de Cristo
Santa Elena nació en Nicomedia y su vida se vincula a Tierra Santa.
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Nadie se podía imaginar que Dios sacase del entorno pagano, el elemento que eliminase la matanza de cristianos. De la mala hierba puede florecer la semilla de la esperanza y del bien, que pasase página a tanta barbarie contra los servidores del Evangelio después de cuatro siglos, desde que Nerón tuviese parte en el incendio de Roma y culpase a los cristianos. Ese vástago le celebramos en este Domingo XX del Tiempo Ordinario y se llama Santa Elena.
Nacida en Nicomedia (Constantinopla) en torno al año 250, es de familia pagana. Choca con respecto a los suyos porque le horroriza la persecución contra los cristianos y no comprende esa masacre de aniquilarles. De muy joven se casa naciendo el futuro Emperador Constantino. Al poco tiempo el marido quiere mantenerse en el poder y Elena no es la mejor para perpetuarse por otros intereses ambiciosos y oscuros por lo que le repudia.
Ella desde la sombra ayuda a su hijo Constantino quien siente cierta simpatía hacia los seguidores de Cristo. No hay duda que la madre le influye. Pero un acontecimiento le repercute y es la Batalla de Puente Milvio contra Majencio. Constantino tendrá un sueño en el que una Cruz se divisa en el horizonte y una inscripción que dice “In hoc signo vinces” (con esta Señal vencerás) como así fue. En el 313 se promulga el Edicto de Milán que elimina la persecución a los cristianos. Elena ya tiene una idea en su vejez y es descubrir la Cruz del Señor para darle el culto debido.
Ya en Tierra Santa salen las tres cruces correspondientes a Cristo y los ladrones. Elena coloca sobre cada una un enfermo y en la que sana el enfermo descubre la Cruz de Jesús. Una vez hallada, hicieron tres partes que fueron a Constantinopla, Jerusalén y Roma. Después de morir Santa Elena hacia el año 330, sus restos se llevaron a Roma donde reposa actualmente.