Santa María Goretti, joven mártir

Santa María Goretti, joven mártir

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El Sermón de la Montaña en las Bienaventuranzas, llama dichosos a los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. Hoy celebramos a Santa María Goretti, que vivió hasta el final su dignidad de hija de Dios creada a su Imagen y semejanza. Nacida en Corinaldo (Italia), en 1890, procede de familia pobre y humilde. Al día siguiente de nacer, la pequeña es bautizada y consagrada a la Virgen, recibiendo al Confirmación cuando contaba con seis años.

Su madre, se esfuerza por educar a su hija en el verdadero temor de Dios, dentro de un hogar donde no faltaba la asistencia a la Misa los domingos, así como la oración en común, además del rezo del Santo Rosario a la Virgen. Pronto se verán obligados a emigrar a otras tierras para trabajar al servicio de los Condes de Mazzoleni. Allí coincidirán con la familia Senerelli, con la que mantendrán una gran relación desde entonces.

Al año siguiente, muere el padre de María y su esposa se dedica al campo. Como no tiene tiempo para sus hijos, María se encarga de instruir a sus hermanos en la misma Fe que había sido educada ella. Después de haber recibido la Primera Comunión y haberse reafirmado en su Amor a Dios, viene la prueba. Y es que Alejandro, hijo de la familia Senerelli, atentó contra ella. La joven puesta en trance de defender su integridad moral y humana, prefirió morir antes que pecar.

Terminó recibiendo varias puñaladas de su agresor. Así entregó Santa María Goretti la vida a Dios en 1902, perdonando a su enemigo y orando por él. En su lecho de muerte susurraba: “Él quería estar conmigo indignamente. Yo le quiero tener a mi lado en el Cielo”. Así lo repitió varias veces. Senerelli, arrepentido, después de salir de la cárcel, terminó sus días haciendo penitencia como un hermano capuchino.

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