El Santo de hoy: Santa María de Nagasaki, mártir de Japón
Madrid - Publicado el
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La semilla del Evangelio se extenderá a todos los pueblos empezando por Galilea. Esto es lo que dice el Señor en el Evangelio después de resucitar de entre los muertos para pasar el testigo a los Apóstoles y a la Primitiva Comunidad. Hoy celebramos a Santa María de Nagasaki, oriunda de Japón y que rubricó su condición de cristiana con el derramamiento de sangre. Nace en 1611 cerca de esta ciudad japonesa.
Esa muerte por Dios de casta le viene al galgo como dice el refrán ya que, siendo ella muy joven, sus padres y abuelos sufrieron tormento hasta morir por ser cristianos. Un día conoce a unos misioneros agustinos recoletos. Su predicación cala hondamente en ella hasta hacerse terciaria agustina recoleta. De esta forma asume un modo de vida en el que no entra en un convento pero cumple unos compromisos para semejarse a aquellos consagrados que siguen el carisma agustiniano dentro del Monaterio.
Este es su Camino de Santificación. En esos tiempos de dura persecución religiosa tuvo que refugiarse con muchos creyentes en las montañas. Cuando los dos misioneros que le habían ayudado a acercarse a Dios son descubiertos y apresados, no faltan cristianos que abandonan la Fe por miedo a morir. Entonces María, desafiando la situación, se presenta a los jueces y se declara seguidora de Cristo.
Precisamente ha meditado aquellas palabras del Señor en la Escritura cuando dice que “”quien se ponga de mi parte ante los hombres también yo me pondré de su parte ante los Ángeles del Cielo. Y si alguien reniega de Mí también el Hijo del Hombre renegará de él ante los ángeles del Cielo”. Por ello María de Nagasaki morirá de forma lenta y cruel, entregando su alma a Dios, como aliciente para aquella Iglesia.