Santa María al Pie de la Cruz, Stabat Mater

La Liturgia y la Piedad Popular se unen para vivir intensamente los prolegómenos de la Semana Santa como Los Días Centrales de nuestra Fe. Hoy es la Conmemoración de Santa María al Pie de la Cruz, en una jornada popularmente denominada en el pueblo cristiano como “Viernes de Dolores”. Es el último viernes del Tiempo Cuaresmal ya que el próximo será la Conmemoración de la Pasión y Muerte del Señor.

San Juan en su Evangelio, tal y como escucharemos en el relato de la Pasión del Viernes Santo recuerda que junto a la Cruz de Jesús estaba María, su Madre, María Magdalena y María la de Cleofás. Y junto a ellas, el discípulo amado. Entonces se conmemoran los Dolores de la Señora en unión con su Hijo. Ya Simeón le había dicho en la presentación del Niño en el Templo que “una espada atravesará tu Corazón”. La vivencia de este día comienza con los Padres de la Iglesia en los Primeros tiempos.

Orígenes entendió que esta Profecía del Anciano habla de lo que serán los sufrimientos agudos de la Madre, viendo derramar al Señor la Sangre por todos, y Ella unida a la Salvación. El sentido del Pueblo Fiel siempre vio que la Virgen estaba asociada como Corredentora a este Sacrificio. En el siglo XII se habla de la “Compasión de la Virgen” al ver estos espantosos Dolores del Hijo. En el siglo XIII se meditan los cinco Dolores de la Madre que, posteriormente, pasarán a ser siete.

En plena Edad Media existen devocionarios y cantos litúrgicos en torno al Llanto de la Virgen Madre, lo cual asevera el sentido devocional hacia la Dolorosa. Todos esto en el siglo XV promueve un foco de amor a este Título Mariano en Aslemania, expandiéndose por toda la tierra. El Papa Sixto IV introduce una conmemoración suya en el Misal y en 1423 el Concilio Provincial de Colonia instiuye una Memoria en la Pascua. Todo ello se cuenta en el poema cantado del siglo XIII y de origen franciscano Stabat Mater.