Santas Justina y Rufina: mártires hispalenses

Santas Justina y Rufina: mártires hispalenses

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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El Señor siempre conforta ante las dificultades y envía el Espíritu para que nos lo enseñe todo y hable por nosotros en el peligro. Hoy celebramos a las Santas Justina y Rufina que sientieron esta presencia del Señor Providente y Fuerte. Su vida se sitúa en torno al siglo III en Sevilla. Dedicadas a la alfarería, pronto notan la relajación en su ciudad natal, coincidiendo con la persecución de los romanos contra los servidores de Cristo.

El pagano arrastra a muchas personas que decaen y se dejan llevar por su tibieza. A pesar de todo, ellas no dejan de vivir desde la fidelidad al Evangelio, tal y como fueron educadas en el hogar, asistiendo también a los pobres que se acercan a pedir a su puerta. Pero a la llegada de las fiestas paganas en honor de Venus, se ponen en marcha los mecanismos de recaudación de dineros para la celebración.

Al negarse las dos hermanas argumentando la falsedad de la religión imperial, son descubiertas y detenidas, tras una fuerte discusión con las damas romanas. Tras ser acusadas ante el gobernador de la ciudad hispalense, de nombre Diogeniano, éste las invita a abandonar la Fe, con la amenaza de castigarles, algo que cumple al ver que ellas no reniegan de su seguimiento en pos del Señor Jesús.

Incluso no se convencen cuando les prometen dones meramente terrenales. Ambas sufrieron diversos tormentos, obligándoles a caminar por terrenos pedregosos con los pies descalzos, algo que hicieron sin renunciar a la Fe. Finalmente Justina muere en la cárcel por la extrema debilidad, mientras Rufina es decapitada. El Obispo Sabino, recuperó las reliquias de las dos para que se las diese el culto debido, una devoción que ha llegado hasta nuestros días.

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