La Santísima Trinidad, Evidencia de Unidad y Amor

Siempre que existen misterios, vemos en ellos realidades que nos desbordan. Pero la realidad es que algo tan evidente en sí mismo porque arroja una luz que nos supera. Hoy, una semana después de Pentecostés y de finalizar al pascau comenzando la segunda parte del Tiempo Ordinario, celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad, en la cual profesamos nuestra Fe en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Tres Personas distintas y un sólo Dios Verdadero.

Ya el Señor en el Evangelio recuerda que el Padre y Él son una Misma Cosa y siempre dice a los Doce que les enviará desde el Seno del Padre al Espíritu Consolador y Abogado. Al copncluir el Evangelio cuando el Señor les envía por el mundo les encarga bautizar a todos los pueblso en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Tras el Edicto de Milán, surgen diversas herejías que reniegan de la Trinidad como el arrianismo, difundida por Arrio, rechazando que Cristo fuese Dios.

Los patripasianos pensaban que Dios era una Sola Persona y no Tres, con lo cual Cristo y el Espíritu Santo son manifestaciones del Padre. En la defensa del Dogma, Teófilo de Antioquía habló de Triada y Tertuliano es el primero en acuñar el término Trinidad. Según la historia San Agustín quiere abarcar a Dios ve a un Ángel en forma de niño que quiere meter todo el agua de la playa en un pocito excavado. Cuando el Obispo de Hipona le dice que eso es imposible el querubín le contesta que más difícil es querer meter a Dios Inmenso en nosotros.

Santa Juana de Arco explicó que la Trinidad supera nuestra mente. San Patricio, en el mundo anglosajón, lo explicó con un trébol donde las tres hojas son distintas pero el mismo trébol. También habla de la Trinidad Santo Tomás en la Suma Teológica. El Papa Juan XXII en 1332 instituyó esta festividad al domingo siguiente a Pentecostés, tal y como la conocemos en nuestros días. Hoy también es el Día Pro Orantibus que recuerda a tantos religiosos y religiosas de vida contemplativa que oran constantemente ante el Altar de Dios.