El Santo del Día: La Inmaculada Concepción, María, mujer de esperanza

Nos encontramso en uno de los días más estelares del Adviento que marca el antes y el después en la espera al Señor: La Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Fue el Papa Pío IX quien proclamó el año 1854 en la Bula Inefabilis Deus que la Virgen María fue preservada del pecado original desde el primer instante de su Concepción. La prefiguración que da en el Antiguo Testamento cuando el hombre comete el pecado por instigación del demonio, que toma forma de serpiente.

Dios le dice al reptil: “Establezco hostilidades entre ti y la Mujer. Entre tu estirpe y la suya. Ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón”. En la Anunciación, en el Nuevo Testamento, el Arcángel San Gabriel le saluda como “Llena de Gracia”. Muchos de los antiguos Padres de la Iglesia llamaron a María La Nueva Eva que desató el nudo que la Eva del Paraíso había traído con el pecado a la humanidad. Tras muchas diquisiciones, el franciscano Duns Scotto recoge la Doctrina de San Francisco de Asís desde su devoción a María Inmaculada.

En el siglo IX la Iglesia de Oriente ya celebraba la Purísima Concepción que la introdujo en Occidente desde Nápoles e Inglaterra. La Fiesta se extiende a todo el orbe en 1483. Providencialmente en 1585, los tercios españoles que combaten contra Flandes, vencen en la noche del 7 al 8 de diciembre. Cuando están cercados por el ejército de los Países Bajos, uno de sus soldados excavando encuentra una Imagen de la Virgen Inmaculada a la que se encomiendan.

De pronto se hiela el agua y las tropas españolas atacan por sorpresa y les vencen. Por eso es Patrona de Infantería. Pero dando un paso más, el pueblo español toma parte en el sensus fidei de pedir al Papa la definición de este Misterio como Dogma. Dado que fue tan fuerte el sentimiento, el Pontífice declaró a la Inmaculada como Patrona de España junto con el Apóstol Santiago. Al mismo tiempo fijó en las celebraciones litúrgicas de este día el color azul en nuestro país.