El Santo dominico que murió por confirmar en la Fe

Confirmar en la Fe

Redacción Religión

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Cristo recuerda a Pedro en Getsemaní que su labor es confirmar a todos en la Fe cuando él la recupere después de que Satanás hubiese pedido cribarle como se hace con el trigo. Ese momento introducido en la Víspera de su Pasión y Muerte cuadra bien en este periodo cuaresmal y penitencial, donde se invita a la conversión a la Fe.

Hoy que recordamos a San Pedro de Verona, descubrimos en él ese afán por confirmar en la Fe a los hermanos. Santo nacido en 1205 en dicha ciudad sus padres son albigenses, desviación doctrinal que promueve un dios bueno y otro malo. Pero desde pequeño el se acerca a la Fe católica con el pesar de sus familia que no puede impedirlo.

Al final aceptan y un día se encuentra con un tío suyo al que recita el Credo y en los comienzos queda abochornado su familiar al decir Creo en Dios Padre Todopoderoso. Tras ingresar Pedro en los dominicos, su trayectoria fue defender la verdad y desenmascarar cualquier tipo de herejía que apartase de Dios. Pero esto lo hizo con verdadero amor, nunca con una imposición desorbitada. Precisamente tuvo el don de acercar al Señor a muchas personas que se habían alejado de Él. 

Sin embargo como todo cristiano ha de ser signo de contradicción, muchos le empiezan a aborrecer. Él es consciente de que no cae bien a todo el mundo y que su vida corre peligro. Un día cuando va de camino es asaltado por un par de personas que le herirán y le causarán la muerte, cuenta la historia que cogío con el dedo un poco de su sangre y aún tuvo fuerzas para escribir su reafirmación en la Fe nuevamente con el Credo como el resumen de las verdades reveladas y el perdón para sus enemigos. Pedro de Verona muere en el año 1252.

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