El Santo de hoy: San Nicolás de Bari, santo de la antigüedad

San Nicolás de Bari, Santo de la antigüedad

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

2 min lectura

La espera de Dios en el Adviento nos trae Santos que han sido un verdadero Don del Cielo y verdaderos testigos de Dios que vendrá glorioso al final de los tiempos. Es el caso de San Nicolás de Bari, cuya fiesta celebramos hoy. Nacido a finales del siglo III en Licia -actual Turquía, su familia, de hondas raíces cristianas, le educa en la Fe. La primera dificultad es que su padres en poco tiempo mueren, dejándole una inmensa fortuna. Él quiere dedicarse a las cosas del Señor por lo que vende todas su posesiones para tener un tesoro en la Casa Celestial.

Educado por su tío, obispo de Mira, se adentra más en el amor a Cristo, ordenándose sacerdote. Su ministerio le impulsa a dedicarse a la vida contemplativa, más que a la activa, en ese momento. Por ello abandona ese lugar y se marcha a vivir a modo de ermitaño, sin saber que la Providencia le tenía preparada otra forma de apostolado. Por entonces su tío obispo enferma y muere. Todos están desconcertados con la situación.

Es cuando reparan en Nicolás por aclamación del pueblo fiel y sobrino de su antiguo Pastor para que sea ahora el Prelado Titular de esa Diócesis. Tras aceptar fue consagrado obispo. Dada su fama de Santidad una mujer apurada porque su hijo había caído en las brasas se lo acercó a San Nicolás que le curó. Por entonces se corrió una fatídica noticia. Un padre que era pobre y rudo, no tenía dinero con qué pagar unas deudas, pensó que lo mejor sería vender a sus hijas como eclavas o para la trata.

Al enterarse, una noche le llevó a la puerta de su casa dinero para evitar que llevase a cabo ese plan nocivo. Viajará al Concilio de Nicea donde condenará el arrianismo y se reafirmará en la Divinidad de Jesucristo, el Verbo de Dios hecho Hombre. Muere en el siglo IV y tras ser saqueada Licia, sus reliquias son llevadas por un grupo de cristianos a Bari, donde reposan actualmente. Es el primer Santo no mártir al que se le empieza a dar culto, tanto en Oriente como en Occidente.