El santo que cooperó en la devoción al Sagrado Corazón

Los Santos siempre han vivido su capacidad de ser signo de contradicción y hasta muchas veces aunque no hayan pasado por el martirio físico, pero sí por la prueba de la incomprensión y el desprecio. Han llegado a ser hasta proscritos por Cristo. Esto el pasó al Santo de esta jornada porque hoy la Iglesia nos presenta a San Claudio de la Colombiere. 

Natural de La Borgoña, en Francia, en 1641, siempre destacó por su afán de estudio. A los 17 años ingresa en los jesuitas y dada su gran capacidad se convierte en guía espiritual de los hijos de la familia de Colbert, ministro de finanzas del rey francés Luis XIV. Tras su ordenación San Claudio va a Paray-Le-Monial.

Lo que parecía un puesto pequeño a sus méritos, tenía una razón de ser: era necesario dirigir allí a Santa Margarita María de Alacoque, religiosa que tenía revelaciones místicas sobre el Amor de Dios a los hombres y que se plasmaba en su Divino Hijo, bajo el Misterio que encierra su Divino Corazón. 

Era necesario que su experiencia mística estuviese dirigida por un gran guía espiritual y los superiores encontraron en Claudio el candidato ideal para llevar a cabo esta asesoria espiritual por largo espacio de tiempo. Posteriormente va a Londres a asesorar a la duquesa de York. Acusado injustamente de conspiración papal es expulsado y retorna a Paray-Le-Monial. Alli pasará sus últimos momentos de la vida. San Claudio de la Colombiere muere en 1682.