SANTORAL 6 JUNIO
El santo que regaló a la Virgen un carisma de educación a los más necesitados
San Marcelino Champagnat se dedicó a la enseñanza, porque consideraba que la ignorancia hacía más fácil que el pecado se enquistara
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Durante el periodo de Pascua, que va desde la Ascensión hasta Pentecostés, se recogen esos momentos que el Señor tiene íntimamente con sus discípulos al llevar a cabo su Ofrenda Pascual con la idea de que se les abra el entendimiento y entiendan todo lo que se decía de Él en las Sagradas Escrituras, indicando su padecimento y su Triunfo de Gloria. Se destaca esa capacidad de enseñar para aprender a aquellos que no saben.
Esto ocurre con San Marcelino Champagnat, que recordamos hoy. Lyon, en Francia, vería nacer a comienzos de la Revolución Francesa, el año 1789, a este Santo. La educación que su madre le proporcionó a él y a los otros nueve hijos, estuvo inmersa en la Fe y la coherencia de vida, dentro de unos tiempos nada favorables a ello.
Después de estar sus tres últimos años de estudio en el seminario, se ordena sacerdote el 16 de junio de 1816. Al día siguiente, marcha con un grupo de sacerdotes a Nuestra Señora de Fourvière, consagrándose a la Virgen, un hecho clave ya que de aquí surge el compromiso de fundar la Sociedad de María, también llamada Hermanitos de María, o Maristas de la Enseñanza. Dentro de ella, pensó en una rama de Hermanos dedicados al cuidado y a la educación de los niños, especialmente con los que vivían en zonas con menos posibilidad de formación.
Y es que, Champagnat definía la ignorancia como la peor lacra del hombre porque, a través de ella, el pecado puede enquistarse más en el corazón humano. En menos de un siglo, se difundió con total rapidez por el Viejo Continente, saltando al resto del mundo. Su compromiso educativo integral a nivel cristiano y humano es la nota característica del carisma de este Santo que morirá en junio de 1840.